viernes, 16 de mayo de 2014

Este fin de semana "Consúltalo con la almohada"

Escúchame (dibujo perteneciente a la serie Consúltalo con la almohada)

Noche: Todo estado que suscita en el sujeto
la metáfora de la oscuridad (afectiva, intelectiva, 
existencial) en la que se debate o se sosiega.
Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso.

Siempre escuché aquello de que cuando uno debe tomar una decisión, el sistema más sencillo para alcanzarla es consultarlo con la almohada. Cuando era pequeño intentaba hablarla a la hora de dormir, esperando respuestas que los adultos obtenían de forma mágica, aunque mi espera fue en vano, de ella no salió voz alguna ni cosa que se le pareciera. 
De todos modos, la almohada se convirtió en la guardiana de mis secretos. Mi almohada ha sido testigo mudo de mis sueños, deseos, llantos, risas y lecturas nocturnas; una suerte de terapia. Trabajar desde el 2007 en un mismo proyecto cuyo protagonista absoluto es la propia identidad representada a través de juegos y juguetes deriva en la construcción de piezas como la que aquí presento. 
Son muchísimas las personas que preguntan dónde está el límite entre vida personal y obra; llegados aquí puedo afirmar que obra y vida se han contagiado definitivamente, antes la una era la excusa para la otra, pero en este momento se entrelazan. Al hablar de uno mismo, es necesaria además, la sinceridad de un niño, por ello la excusa dibujística está aquí asignada al personaje Marioneta, un muñeco vestido con una americana de brazos alargados que sólo se relaciona con otros a través del abrazo y la transformación de su negra chaqueta en siluetas que recuerdan los recortes de la artista americana Kara Walker. 
En las instalaciones, intento que tanto la obra sobre papel como los objetos operen en niveles paralelos de igual importancia. En este caso, objeto no podría entenderse sin sus particulares instrucciones de uso, revisión de los manuales a través del dibujo y sencillas frases como “Sentémonos”, o “Déjame”. Las almohadas llevan impreso mi rostro, una pista para el usuario que al cogerlas y abrazarlas, me abraza de manera indirecta, evitando la soledad al igual que el papel directo del juguete, creación para no estar solo que sin el uso carece de sentido. Como juguetes, el mecanismo de su interior nos desvela un secreto de mi almohada; confidencias, momentos íntimos… El usuario de la instalación se vuelve cómplice de mi persona, pone en marcha sus propios mecanismos, sorprendiéndose o quizá identificándose con frases, ya que el impulso generador de mi obra no pasa por el conocimiento intelectual, sino a través de una experiencia, como es la experiencia amorosa. Al finalizar, debemos abandonar las almohadas en el sitio donde las encontramos, para que otros las usen, no debemos ser egoístas con las experiencias, nuestro deber es compartirlas, que los demás nos cuenten y luego, al caer la noche debatir con nuestra almohada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario